jueves, 11 de octubre de 2012

Yo lo que quería era seguir soñando

La lluvia jarreaba Malasaña una madrugada perdida para muchos, pero no para nosotros. Los más puestos aún aullaban a la luna a las puertas del Siroco y los menos hábiles en el arte de matar aún tiraban de historietas de bandas de rock para llevarse a cenicienta a su portal. Para siempre era algo que no entraba en nuestros planes y lo más eterno de nosotros se quemaba entre quejíos al oído y un canuto acomplejado. Nos unía una canción y las calles de una ciudad y aunque pueda parecer poco para los dos era suficiente. Nos sobraban copas y esperanza, nos faltaban gramos y maneras de huir. Se nos pasó por el alma Buenos Aires, por la cabeza un finde en Londres y por las cremalleras de los dos un hostal barato en Tirso de Molina.
Pero las alas mojadas pesan más que las hojas de un libro de ruta, y querer no es poder, y los Eneros siempre te pegan al suelo y joder yo lo que quería era seguir soñando con chavalas desnudas que van al trabajo en autobuses rojos...


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