jueves, 11 de octubre de 2012

Yo lo que quería era seguir soñando

La lluvia jarreaba Malasaña una madrugada perdida para muchos, pero no para nosotros. Los más puestos aún aullaban a la luna a las puertas del Siroco y los menos hábiles en el arte de matar aún tiraban de historietas de bandas de rock para llevarse a cenicienta a su portal. Para siempre era algo que no entraba en nuestros planes y lo más eterno de nosotros se quemaba entre quejíos al oído y un canuto acomplejado. Nos unía una canción y las calles de una ciudad y aunque pueda parecer poco para los dos era suficiente. Nos sobraban copas y esperanza, nos faltaban gramos y maneras de huir. Se nos pasó por el alma Buenos Aires, por la cabeza un finde en Londres y por las cremalleras de los dos un hostal barato en Tirso de Molina.
Pero las alas mojadas pesan más que las hojas de un libro de ruta, y querer no es poder, y los Eneros siempre te pegan al suelo y joder yo lo que quería era seguir soñando con chavalas desnudas que van al trabajo en autobuses rojos...


martes, 9 de octubre de 2012

La vida está llena de puntos

Madrid. Calle La Palma. 03:43 de la madrugada. Alguna canción de Led Zeppelin saliendo de algún garito. Dos chavales puestos de eme reventando el barrio con poesía de besos. La historia interminable que siempre acaba mal. El foro que dirían en La Movida. Que no viví. Un vistazo atrás en un tren que acaba en un amor de verano. Un polvo en los lavabos de una discoteca pija.
Neruda se derrite entre las lágrimas de un preso que se aleja de su amante libertad. Nacen dos vidas ajenas en la Maternidad del 12 de octubre. Huyen dos políticos corruptos en un vuelo a caracas. Cuatro idiotas hablan de Kafka para impresionar a dos profes de instituto. Muere un chaval de 20 años al saltarse un Stop en plena Castellana.
Arde la calle del barrio donde quemé mis naves con aquella chavala de extrarradio. Recibo canciones por SMS de un colega que vive en Montaner. El WhatsApp se llena de princesas. Alguién escribe una novela en el tercer piso de Bailén 11. Se empolvan la nariz dos ejecutivos de Sony en un Hotel de Entrevías. Un Fucker de discoteca se marchita viendo Los Soprano en un estudio de Lavapies.


La vida está llena de puntos y entre punto y punto hay un libro.


viernes, 5 de octubre de 2012

Cerezos en flor

Desde que decidiste poner punto y final a la aventura de la vida se han manchado de recuerdos todas las paredes de mi habitación, no paran de parpadear miles de luces en mi cabeza y todas las copas con las que brindo tienen un poco de ausencia, de anhelo por lo imposible.
No me termino de acostumbrar. No me termino de acostumbrar a que gane el Atleti, a el sonido de la radio encendida que viene desde la cocina, a el rugido de los aviones, a los cerezos en flor en el Valle del Jerte en pleno mes de Mayo, a que se mezclen mis manos y una guitarra, a el olor a croquetas recién hechas entrando por mi nariz, a el libro de Rafael Alberti que descansa en mi cajón, a el ir ir y venir de gentes que pasan por la Gran Vía, a enamorarme y desenamorarme, a demostrarlo, a escribirlo, a que salgan a la calle y griten al cielo libertad, a ver una peli  de Woody Allen en el cine, a que me salpiquen las olas al correr descalzo por la orilla... y tú no estes. Esa extraña normalidad que no es normal.
No es normal porque no estas .
Y aunque sé que lo que no se toca es lo esencial y que desde algún lugar vigilas mis pasos, no me pidas, no nos pidas, que no te echemos de menos. No me pidas que no tenga en la cabeza la última cerveza compartida mientras me contabas cosas que no vienen en los libros, que no enseñan en la escuela. No me pidas que no recuerde tus llamadas a Inglaterra, los atardeceres rojos en algún lugar de Cádiz o tus reprimendas y consejos que a veces obvié.
No creo que este texto esté a la altura de lo grande que has sido, simplemente quería darte las gracias por estar en mis buenos y en mis malos momentos, por ayudarme, por emocionar y emocionarte, por enseñarme a creer y a soñar, por poner el corazón delante. Te llevo a fuego.