Cuando te vi girar aquella esquina
supe que todo era mentira
despegué de mis pensamientos las novelas
y los cuentos que me poseían
Saqué las banderas y las medallas
y desterré tu ropa interior
incluso la que nunca habías lavado
Me hice el loco en los bares y leí poemas
alternando amor y desacato
Monté una escuela de bailes
en la que nunca sonaba música
y vendí dos veces mi alma
a una agencia de viajes
Y un día,
después de un guión roto
dos mujeres mal folladas
y una muerte en el sillón
volví a verte
y no sentí nada
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