Nos encontramos en una casualidad
aunque yo ya te había visto en mis películas favoritas
incluso te había imaginado
y había recorrido cada centímetro de tu pequeño cuerpo
en ocasiones con pausa y ternura
en otras con violencia y revolución
Te reconocí al instante
tu pelo, tus ojos, tu culo
tus piernas tostadas por el sol de Agosto
Eras como un poema recién nacido
de mis manos
y desprendías ese olor a caramelo
que empalmaba
a los obreros de tu barrio
Cada domingo había abierto mi cuaderno
para dibujarte con palabras
y ahora te tenía allí delante, sin previo aviso,
con el deseo quemando
para mi depósito lleno
No eras tan frágil como en los sueños
es verdad
tu mirada me comió en el primer cruce
saltándose el semáforo, a 120 y me pillo sin cinturón
Yo que había paseado de tu mano
por París
que había leído a Machado en tus caderas
antes de hacer un 69 interminable
y que había caído rendido a los encantos de tus pies
Ahora, paralizado
se me desabrochó el corazón
aunque por aquel momento
ya volaba a varios metros del suelo
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