jueves, 7 de marzo de 2013

(SIN) Esperanza

Leo en los diarios que hay ya más de 5.000.000 de corazones rotos en la cola de eso que llaman Paro y que yo llamo sin esperanza. Porque dicen que eso es lo último que se pierde, pero la muy puta ( la esperanza digo ) siempre les da la espalda y se mete en el bolsillo de los que tienen poder para comprar justicia, de los que comparten mantel con el Rey o de los que van de liberales y honestos pero ponen la mano para coger dinero manchado de sangre.

Pero yo hablo de Manuel, de Sara, de Silvia, de Andrés, de Pedro, de Ali, de Anita ( que hacía un pan de otro mundo ), de Julito " el ciego ", de el  Laudrup de Puerta Bonita, de Quique que tocaba en Rio Rosas cuatro acordes rotos que marcaban la línea de tus ojos con el cielo.

Hablo de Julia y Marcelo. Julia, administrativa en una multinacional, víctima de un ERE. Un cambio de vida, un viaje a el Norte de Londres, un trabajo a media jornada en el Zara y .... la distancia. El buscar su cuerpo a el otro lado de la cama, su olor, su sexo...y encontrar el miedo como único comparñero de viaje. ¿ Y Marcelo ? trabaja como vigilante jurado en unos grandes almacenes dos días por semana. Cuando llega a casa ( la de sus padres claro) suda, tiembla, llora, se coloca y baila con la depresión uno de esos bien pegados.

Hablo de Emilio. Madridista a muerte. Socio ( y de la soledad también). Me ponía los botellines aquellos domingos raros donde Fernando Redondo iluminaba el teatro con un pase al hueco mirando a Corrientes. Ahora sin Bar, con dos hijos adolescentes y sin Lola a la que abrazar con morbo cada noche. Se marchita en el prostíbulo del barrio tomando Dyc con Coca Cola y esnifando polvo blanco con melancolía a gramos iguales.

Hablo de Lupe, que a duras penas puede pagar ya la hipoteca, licenciada en olvidos y matriculada cada verano en amores breves que se desinflan por la aguja del tiempo. Perdió su puesto en una oficina de correos al mismo tiempo que perdía a su madre de cáncer en un Hospital Público ( sin mantas, sin una misera botella de agua ) mientras los que metían la tijera en los más básico cenaban a 100 euros el cubierto.

Y no me quiero olvidar de Javi, Heras, Jorge y Sandro. Estudiaron juntos ADE y su pasión por la música les llevó a formar una banda. Ahora sin futuro y sin poder salir a tocar montan escenarios sin contrato y en condiciones precarias. Pero como dicen ellos; las canciones no salen por contrato, salen por la piel.

Y te contaré algo, yo también era de los que decían como tú.; que ya somos muchos como para que vengan más. Que el barco ya está demasiado lleno. También decía como tú que joder con los sudamericanos ( sudacas, en fin...) cuando íbamos a jugar un partidito a los campos del parque y nos encontrábamos sin sitio. Hasta que conocí a Antonio claro, un ecuatoriano que se tiene que volver a su país después de 12 años en España porque no puede ni pagar un cuchitril de habitación en Lavapies, con una hija de tres años aquí y dos adolescentes que ya casi ni le recuerdan allá. Vino buscando esperanza, pero esperanza ya saben donde está.

Pero, a pesar de los millones en Suiza, las colas del Inem, los yanocontamoscontigo, las noches sin dormir, los miedos, los excesos, los teechodemenos, las puertas cerradas, los sobres sospechosos, las lágrimas contenidas y derramadas mirandote al espejo, los Presidentes de la desesperación...a pesar de todo eso, aún quedan esquinas que doblar, aún quedan amigos con los que brindar, y cruces de miradas, y canciones que nos van a romper, y goles que nos van a levantar. Aún quedan besos de buenasnoches, y abrazos en aeropuertos, y versos de García Montero bajando por tu tripa, aún queda Casablanca un domingo lluvioso por la tarde, y playas para pies descalzos, y tinta resbalando por mi piel, y ciudades que se abran a tus ojos y se cierren a los míos. Aún quedan notevayasquedateadormir, y violencia en nuestros besos, y repasos en los bares y todo lo que tú quieras. Porque nos podrán robar otras cosas, pero no nuestros principios, no la libertad, no nuestro derecho a soñar.







1 comentario:

  1. Eres ..., no tengo palabras, nuevamente tus letras me ban conquistado, gracias por estos retazos de felicidad digerida a sorbos, tq

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